lunes, agosto 31, 2015

La crónica de Vietnam y Camboya

Esta es la crónica de un viaje a Vietnam y Camboya en el verano de 2015 con Ámbar Viajes, aunque recuperada de la memoria en 2024. Incluye algunas fotos, las galerías completas están aquí. Nota de Redacción: el alfabeto vietnamita es como el latino pero con un montón de acentos o tildes diferentes, que normalmente se eliminan al escribirlos en castellano o en inglés. También se unen palabras, occidentalizando Hà Nội como Hanoi.

20 de julio

Volamos de Madrid a Hanoi vía Frankfurt -y una parada extra en Berlín- con Vietnam Airlines. Las auxiliares de vuelo llevan un uniforme derivado del traje tradicional del país, al Ao Dai.

21 de julio

Llegamos temprano por la mañana a Hanoi y un poco cansados de un vuelo nocturno de 11 horas. Nuestro hotel es el Silk Queen; la habitación no está lista para check-in. Estamos en el centro, al lado del lago Hoan Kiem. El guía local nos lleva a que nos den un masaje integral, pero entre que no le entendemos mucho y que el barrio es un poco raro, vamos un poco expectantes. Después de comer paseamos por las calles alrededor del hotel, que tienen las aceras completamente ocupadas por puestos callejeros, motos y pequeñas terrazas. En una tienda de telefonía cercana compramos una SIM local.

Por la noche vemos la catedral de Saint Joseph. Caminar por las grandes ciudades vietnamitas requiere entrenamiento. Es un caos enorme pero con unas ciertas reglas no escritas. Casi todo el tráfico son motos. No hay semáforos ni pasos de peatones -o no se respetan-, y cruzar una avenida de seis o más carriles requiere únicamente el valor de hacerlo. Si caminas con paso sostenido, firme y sin mirar a ningún lado más que hacia delante, las motos te evitan. En tres semanas sólo vimos dos accidentes de moto y en ambos eran turistas los que las llevaban.

22 de julio

Hoy hacemos una visita por la ciudad con varias paradas con un guía local. En el buffet de desayuno hay mucha fruta y en particular unos maracuyás buenísimos. Esto será una constante a lo largo del viaje.

La primera es al mausoleo de Ho Chi Minh, el líder que expulsó al ejército de Estados Unidos (y antes a los franceses) de Vietnam. No se pueden hacer fotos y está lleno de militares, así que hacemos la cola más disciplinada del viaje. También hay normas de vestimenta.

La Pagoda del Pilar Único (Chua Mot Cot) es un templo budista soportado como su nombre indica por un único pilar, en el medio de un minúsculo estanque en un parque céntrico. Fue construida en el s.XI y reconstruida en el s.XX después de su destrucción por los franceses en la Guerra de Indochina.

El Templo de la Literatura (Van Mieu) no está muy lejos; es enorme, con varios patios, y está en medio de otro gran parque. Está dedicado a Confucio y aunque existen varios por todo Vietnam, el más famoso es el de Hanoi, del s.XI.

A la salida tenemos nuestra primera experiencia con la comida local en Koto Van Mieu, con gran variedad de sopas (Pho) y diferentes platos con mucha verdura y poca proteína.

En el barrio antiguo visitamos el templo Ngoc Son (montaña de jade), en una isla en el lago Hoan Kiem a la que se accede por un puente de madera. El puente japonés es una atracción en sí mismo, con unas características barandillas rojas y una iluminación nocturna muy fotogénica. En el lado de tierra del puente está el templo de Thap But.

En el mismo lago, pero no accesible, está La Torre de la Tortuga (Thap Rua). En un lateral hay un monumento a la figura del emperador Ly Thai To y un barrio con el mismo nombre.

Cenamos en el Green Mango, muy recomendado por su comida y ambiente que apenas vemos, tenemos que mirar la carta con la linterna del móvil.

23 de julio

Tenemos el día libre para ver más cosas por nuestra cuenta y paseamos por el lago Bay Mau y el parque Thong Nhat. Temprano hay mucha gente haciendo Tai-chi. Al otro lado podemos ver grandes edificios y una gran torre de comunicaciones que recuerda un poco a la Torre Eiffel. Visitamos el barrio francés, que rodea otro lago.

Al anochecer vamos al mercado Dong Xuan y al puente de Long Bien, famoso por haber sido bombardeado y reconstruido varias veces durante la guerra. Se llega a él por una calle que ha engullido la vía del tren, que no para nunca al atravesar el barrio.

Después nos llevan a la estación para coger un tren nocturno a la ciudad de Lao Cai, en el norte casi en la frontera con China. Viajamos con mochilas pequeñas en compartimentos con literas y un calor asfixiante.

24 de julio

Llegamos a Lao Cai y cambiamos a un minibús de transporte público que nos lleva por una carretera de montaña a Sa Pa -o Sapa-, otra pequeña ciudad conocida por sus arrozales y sus rutas de senderismo. Es lo que vamos a hacer, una ruta por las montañas con una guía Hmong, una de las etnias locales, con diferentes grupos reconocibles por los colores de su ropa. Nuestra guía, que habla inglés mejor que nosotros, es del grupo Hmong negro.

Después del desayuno comenzamos un trekking por valles, montañas y cruzando ríos por puentes colgantes con una pinta muy justita. Atravesamos aldeas de las minorías étnicas Hmong y Dzay.

Pasando al lado de un arrozal vemos a unos cuantos niños pequeños y yo le hago a la guía la pregunta más ignorante del viaje.

 - ¿Estos niños no van al colegio?.
 - No, están de vacaciones.

La tasa de alfabetización de adultos es del 95% y la de escolarización de niños casi el 100.

Después de caminar todo el día por la montaña -en la que hay marihuana silvestre- llegamos a una casa local muy básica, compartiendo nuestra estancia con una familia Dzay. Llegamos empapados y con las zapatillas llenas de barro. Estamos en mitad de una jungla y por la noche escuchamos unos insectos -podrían ser grillos- haciendo un sonido a unos decibelios tremendos. Dormimos en una primera planta diáfana, con colchones en el suelo y mosquiteras.

25 de julio

Seguimos de trekking por el valle atravesando terrazas de arrozales y bosques de bamboo. Llegando a la parte de arriba del valle a una carretera nos recoge un jeep para volver a Sa Pa. Hoy dormimos en el Sapa Holiday Hotel. En la habitación hay carteles muy grandes diciendo que no uses las toallas para limpiar las botas. Parece algo básico, pero suponemos que si están ahí es por algo.

26 de julio

Bajamos al buffet de desayuno y nos encontramos un grupo de chinos comportándose como depredadores, no hay manera de coger nada. Desde la terraza se ve un valle muy estrecho y profundo y al otro lado una cordillera que es el extremo final del Himalaya.

Tenemos el día sin actividades planificadas y paseamos por la ciudad, que son todo cuestas. Alrededor hay varias montañas. En un pico muy afilado hay una antena. En otro un poco más bajo vemos un jardín botánico.

Por la tarde bajamos de nuevo en autobús a Lao Cai para coger de nuevo un tren nocturno a Hanoi.

27 de julio

Pasamos del tren a un autobús que nos llevará a la bahía de Ha Long. Por el camino vamos viendo el delta del río y por todos lados mogotes, montañas cársticas rodeadas de agua. Toda la bahía está llena de ellos con un paisaje muy reconocible, pero no llegaremos a conocerla: está lloviendo sin parar y llegando al hotel nos advierten que la capitanía del puerto no permite navegar a nadie. Paseamos un poco hacia los muelles, que están muy cerca del hotel, y volvemos rápido antes de que empiece de nuevo a jarrear.

Estamos en medio de un tifón, el tercero que pasa en unos diez días, y en poco más de 48 horas caen casi 600 litros por metro cuadrado (la mitad de lo que cae al año en Coruña). A pesar de que estamos pegados a la costa y en una isla muy pequeña y casi plana, las calles están inundadas. En la recepción hay casi medio metro de agua.

Pasamos casi todo el día encerrados en la habitación, que al menos es muy grande. Salimos sólo para comer y un rato por la tarde a la piscina de la azotea, con rayos cayendo por todas partes.

28 de julio

Todas las actividades de hoy se han cancelado y volvemos anticipadamente a Hanoi. Nos llevan en un autobús más grande porque el de la ida no puede entrar hasta el hotel por la inundación.

Como no hay sitio en el hotel al que normalmente volveríamos mañana, nos quedamos en el de al lado. Está tan cerca -pared con pared- que podemos usar la wifi del otro. Cuando se expandió la ciudad se repartieron los terrenos y casi todos los edificios tienen fachadas de tan sólo cuatro metros de ancho.

Volvemos a pasear por el centro y hacemos una parada obligada en la heladería más famosa de la ciudad, Trang Tien, al lado del teatro de marionetas Lotus. Su terraza es un sitio tranquilo para disfrutar de las vistas a una de las calles más caóticas de la ciudad.

29 de julio

Tenemos un día extra en Hanoi y hacemos una excursión a la Pagoda Perfumada. Es un trayecto primero en coche hacia el sur y luego en una lancha por el río Day hasta un inmenso complejo budista y un centro de peregrinación.

En la parte baja, el lado del muelle fluvial está la Pagoda Thien Tru, y después de una subida de cientos de escalones hasta una cueva en la cima de una montaña, está la Pagoda Chua Trong. Se puede subir también en un teleférico, que es lo que hacemos. No para de llover y todo resbala. En los altares hay ofrendas a Buda que luego aprovechan los monjes. Se supone que debes ofrecer lo mismo que querrías tú, así que hay galletas, tabaco, alcohol y alguna flor despistada.

30 de julio

Volamos a Hue, antigua capital del país, situada en la costa central. Se podría haber hecho el trayecto en otro tren nocturno, pero por lo visto es mucho más largo que el de Sa Pa y el tren no está en el mejor estado. Nos quedamos en el Hue Victory Hotel, con vistas al río Perfume (Huong Giang). Uno de los puentes que lo cruza fue diseñado por Eiffel.

La primera actividad del día es navegar por el río y visitar la Pagoda de Thien Mu o la Dama Celestial, con un edificio muy reconocible por sus siete plantas. En su interior hay una campana de bronce enorme que se supone se puede oir a diez kilómetros.

Después vamos a Hoang Thanh, la cuidadela imperial, un complejo rodeado por una muralla y un foso con flores de loto. Después de cruzar unos puentes sobre el foso hay tres puertas juntas. Tiene tres partes, la Ciudad Imperial, la Ciudad Cívica y la Ciudad Púrpura Prohibida. El interior está restaurado de forma incompleta, hay zonas que aún están tal y como quedaron tras los bombardeos de la guerra, sobre todo en la parte prohibida, que estaba reservada al emperador.

La última visita de la mañana son las Tumbas Imperiales, que están en varias localizaciones a lo largo del río. La más reciente es la de Khai Dihn, el último emperador de la dinastía Nguyen (y del país).

Por la noche salimos a dar una vuelta y cenamos en el Anh Binh siguiendo las recomendaciones de la guía Lonely Planet.

31 de julio

Después de desayunar nos recogen para viajar por carretera hacia Hoi An. Una parte del trayecto se puede hacer por autopista o por una carretera de montaña que sigue la costa. Elegimos esta opción sin dudar, aunque nos cuesta entendernos con el conductor.

Hoi An es una pequeña ciudad rodeada de canales en el delta del río Perfume. Desde el s.I hasta la época colonial tuvo uno de los puertos más importantes del mar de China Meridional. El casco histórico está muy bien conservado y es Patrimonio de la Humanidad. Nos quedamos en el resort Pho Hoi Riverside. Está en una isla y separado del centro por un puente. Vamos a pasar en él tres noches.

1 de agosto

Tenemos dos días libres para conocer la ciudad y descansar un poco. Visitamos el mercado callejero, en donde podemos ver frutas exóticas como el rambután, el durián y la fruta del dragón. El durián es una fruta muy grande y con un olor apestoso que está prohibida en el transporte público de medio sudeste asiático. También hay jackfruit, parecido en aspecto pero más grande y sin ese olor. En los puestos de pescado mantienen a los peces vivos en baldes en donde insuflan aire con pequeños tubos.

El centro histórico tiene una arquitectura muy particular, con cubiertas de tejas. La ciudad que conocemos hoy es del s.XVI, cuando era un puerto comercial donde se asentaron chinos, japoneses, portugueses y holandeses. Hay algunas casas particulares conservadas como eran entonces que se pueden visitar como como Nha Co Quan Thang. Por la noche está iluminada con farolillos de colores por todas partes.

Una de sus principales atracciones es el Puente Japonés (Chua Cau), un puente-pagoda de piedra del s.XVI que separa los barrios tradicionales chino y japonés. Está cubierto y por dentro ahora tiene tiendas.

Descansamos un poco aprovechando la piscina antes de volver a salir por la tarde-noche.

En el canal principal están los barcos de pesca y las redes tradicionales, montadas sobre una estructura de madera. Es un lugar agradable para pasear al atardecer, pero bien untado en relec.

Además del turismo, la principal actividad es la confección de ropa. Hay gente que viaja aquí desde todo el mundo sólo por esto. Vamos a uno de los sitios más recomendados -A Dong Silk- y le toman medidas a Lorena para hacerle un Ao Dai.

2 de agosto

Hoy caminamos un rato hasta el mar para bañarnos en la playa, que en lugar de arena suelta la tiene metida en grandes sacos formando gradas para que no se la lleve el mar. Hace un sol de justicia, hay poca sombra para cobijarse y a pesar de la protección me quemo la espalda.

Volvemos a cenar en un sitio muy agradable con una pequeña terraza en la azotea. Yo me olvido de ponerme relec en las piernas y me fríen. Hoi An tiene una de las mejores gastronomías del país, según cuentan porque todos competían por ganarse el favor del emperador. Casi todos los restaurantes tiene un pequeño huerto para tener verduras frescas. El plato más típico es el Cau Lau: fideos planos de arroz, con brotes y salsa de soja, verdura y trozos de carne.

3 de agosto

Nos recogen para el traslado al aeropuerto de Danang y vuelo a Ciudad Ho Chi Minh. Allí nos alojamos en el Sapphire Hotel, en el distrito 1, la antigua Saigon. El área metropolitana tiene 14 millones de habitantes y está muy extendida. Cerca del hotel hay una gran avenida, Nguyen Hue, con un boulevard para pasear desde el ayuntamiento hasta el puerto. En ella se puede ver también la torre financiera Bitexco -uno de los edificios más altos de Asia- y la ópera de Saigon. Unas calles por detrás del ayuntamiento está la basílica de Notre-Dame y al lado la oficina de correos, otro edificio colonial imponente.

Llegando al puerto se encuentra el histórico hotel de lujo Majestic, conocido entre otras cosas por el libro 'El Americano Impasible' de Graham Greene. Desde su terraza se tiene una panorámica del río y los muelles.

4 de agosto

De nuevo tenemos el día libre para recorrer la ciudad. Empezamos en una plaza al lado del hotel, en el mercado Ben Thanh, un edificio enorme lleno de callejones claustrofóbicos entre tienda y tienda.

Vamos a visitar el Palacio de la Reunificación, enfrente se puede ver el templo hindú Mariamman.

El palacio es un moderno edificio de 1962, con una fachada de 80 metros. Fue la sede del gobierno de Vietnam del Sur y el lugar donde se firmó la entrega de poder con la caída de Saigón en 1975. Los jardines -y hasta el tejado- exponen material militar de la guerra como aviones, helicópteros y tanques. En su interior pueden verse magníficas salas lujosamente decoradas en las plantas superiores, y en los sótanos las llamadas salas de guerra, con equipos de comunicaciones y zonas de mando.

Algo alejada del hotel está la Pagoda del Emperador de Jade, construida al estilo cantonés por la comunidad china en 1909. Está decorada con una mezcla de Taoísmo y Budismo y con todos los carteles en chino. La figura del emperador tiene casi cuatro metros.

Cenamos en un local especializado en carne después de dos semanas largas de verdura por todas partes, el Beefsteak Nam Son. Sólo un camarero habla inglés, y es todo un personaje.

5 de agosto

Empezamos una salida de dos días y una noche al delta del Mekong, uno de los más grandes del mundo. A unos 80 kilómetros al sur de Ciudad Ho Chi Mihn está My Tho, la primera parada. Embarcamos para navegar por diferentes brazos del río. Por el camino visitamos una granja de cocodrilos y una fábrica de caramelos. Una de las especialidades es el caramelo de durián, sí, la fruta apestosa. Aunque los caramelos no están mal.

Seguimos camino en dirección sur hacia Can Tho. El guía nos va enseñando los puentes que cruzan los innumerables brazos de río y que han sido construidos con la cooperación internacional de muchos países. Va todo el tiempo repitiendo 'divelo'. Tardamos un buen rato en darnos cuenta de que es 'develop(ment)'; nos está mostrando cómo se está desarrollando el país.

En Can Tho nos quedamos en un hotel cerca del centro y visitamos el mercado por la noche.

6 de agosto

Volvemos a embarcar para ver una de las grandes atracciones locales, el mercado flotante de fruta y verdura. Docenas de barcos cargados con mercancía fresca se van moviendo poco a poco para la venta. Cada uno lleva un mástil del que cuelga una muestra de lo que vende. En uno de ellos nos dan una mini piña pelada y cortada para comer como si fuera un helado, probablemente la más rica que hemos probado nunca.

Terminamos la mañana visitando una plantación de frutas exóticas y una fábrica de arroz antes de comenzar el trayecto de regreso.

Ya de vuelta en Saigon volvemos a visitar el mercado, esta vez de noche con todo el exterior lleno de puestos de comida.

7 de agosto

Aprovechamos la mañana para visitar el museo de Bellas Artes antes de volar a Camboya.

Llegamos tarde, y la persona que nos traslada del aeropuerto a la ciudad de Siem Reap se nos ofrece como conductor para los templos de Angkor en los dos siguientes días. Acordamos un precio y quedamos con él a las 6 am. En todas las guías recomiendan llegar muy temprano, aunque él no parece muy contento.

8 de agosto

Amanece diluviando pero decidimos ir a los templos a pesar de todo, cubiertos con unos ponchos de plástico. Angkor alojó las sucesivas capitales del imperio jemer que dominó indochina entre los s.IX y XV. Sus incontables monumentos y templos lo hacen Patrimonio de la Humanidad. La mayor parte de los templos fue abandonado y sólo recientemente ha sido recuperado de la selva.

Empezamos la visita en Angkor Wat, considerado la mayor estructura religiosa jamás construida y el único que nunca fue abandonado. Está rodeada de un foso que se puede cruzar por varios puentes y consta de varias estructuras concéntricas con el edificio principal con forma piramidal y unas torres -prasats- muy características. Se accede por unas escalera empinadísimas y en la parte baja está todo esculpido en bajorrelieves. Entre él y el muro exterior hay otros edificios menores, uno de ellos era una biblioteca. En la entrada nos ofrecen paraguas. Intentamos rebajar el precio, pero nuestra capacidad de negociación con la que está cayendo es ninguna.

Casi todos los edificios y complejos están orientados a los puntos cardinales. Al norte de Angkor Wat está Angkor Thom, una ciudad fortificada con varias puertas a las que se accede por puentes tras cruzar otro foso. Es tan grande que no es muy viable caminar todo el complejo. Puede hacerse en bici, en tuc-tuc o como nosotros, en un Lexus. En el centro de la ciudadela está el templo de Bayon, conocido por sus 54 torres con cerca de 200 caras. Tiene una estructura similar a Angkor Wat, con un edificio central rodeado de otros concéntricos, pero está peor conservado.

Dentro de Angkot Thom están también los templos de Baphuon, Phimeanakas y la Terraza de los Elefantes. Nos movemos por nuestra cuenta, el guía se queda en el coche y no nos aclaramos muy bien de dónde nos recogerá. Baphuon es un inmenso templo piramidal -100 por 120 metros de base- con cinco plantas, dedicado a Shiva y que representa el Monte Meru.

Phimeanakas tiene una estructura similar, pero es más pequeño y al lado tiene la piscina de Sra Srei y la terraza del Rey Leproso.

Saliendo por el puente del lado este y ya fuera de la ciudadela visitamos los templos de Thommanon y Chan Say Thevoda. A estas alturas ya tenemos una empanada considerable, pero es que todo el conjunto de Angkor tiene más de 150 templos y verlos todos con calma requeriría media vida. Eso y un guía. Nosotros sólo tenemos un conductor con prisa.

La siguente parada es Ta Prohm, uno de los templos donde son más visibles los estragos del abandono en medio de la selva. Tiene árboles enormes por todo el complejo y sus raíces han absorbido, levantado y tirado muros. Ya empieza a haber mucha gente y este templo es especialmente famoso porque aquí se rodaron escenas de Tomb Raider, así que hay una cola enorme para hacerse todos la misma foto.

Siguiendo hacia el este vemos los templos -estos más pequeños- de Banteay Kdei y Prasat Kravan, al lado del estanque de Sras Sang.

Terminamos las visitas del primer día volviendo a Angkor Wat. Ha dejado de llover y podemos verlo con más calma.

9 de agosto

Empezamos la jornada sin madrugar tanto como ayer y desplazándonos a Kbal Spean. Es un lugar arqueológico situado a unos 25 kilómetros del grupo principal de Angkor y para llegar hay que hacer una pequeña ascensión -un par de kilómetros- por un sendero por la selva. Una vez arriba no teníamos muy claro qué ver y algunos locales nos muestran muchas rocas -algunas en el fondo de un riachuelo- talladas con muy diferentes formas.

A mitad del camino de vuelta paramos en el templo de Banteay Srey, el único de todos construido por mujeres. Está edificado con arenisca roja y tiene relieves y esculturas bastante bien conservadas.

Después paramos en Banteay Samre, con un paseo ceremonial en la entrada y dos recintos amurallados con pabellones ceremoniales -gopuras- y en el interior la estructura piramidal -prasat- de otros templos.

Saliendo de este último tenemos un pequeño malentendido con el conductor. Nos lleva a la casa de su jefe e insisten en que comamos ahí. Tenemos que ponernos muy firmes para no hacerlo. E insistir que el motivo es que queremos ver más templos, que no tenemos ningún problema con ellos. Al final todos se disculpan. En toda Camboya cuando te enfadas un poco se ponen muy nerviosos. No está demasiado lejos el régimen de terror de los Jemeres Rojos en los que asesinaron a casi un tercio de la población. Al menos hemos visto una vivienda tradicional, edificada como un palafito ya que casi todo el país es una zona inundable por las crecidas del Mekong.

Nuestros últimos tempos son Mebon oriental, Ta Som y Preah Khan. East Mebon está una isla artificial en el medio de un estanque que ahora está seco. Tiene dos muros exteriores y tres niveles. En los dos primeros hay estatuas de elefantes.

Ta Som y Preah Khan -este último también rodeado por un foso- están a los dos lados de un estanque. Son de los más pequeños y peor restaurados.

Por la noche salimos a una de las calles principales de Siem Reap para buscar un sitio donde cenar.

10 de agosto

A pesar de la insistencia -otra vez- del conductor para hacernos un nuevo recorrido hoy llevándonos a una zona a más de cien kilómetros, nos dedicamos a descansar antes de empezar el viaje de vuelta. Nos bañamos en la piscina del hotel, y visitamos el centro más guiri de la ciudad, una zona llena de bares y restaurantes al gusto occidental. Podría ser Magaluf o Tenerife Sur. A media tarde comenzamos nuestro periplo de vuelta con el vuelo vía Hanoi y Frankfurt.

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